martes, 9 de octubre de 2012

Ubuntu: Ser con otros!

Seguramente habrán extra visto esta imagen circulando por las redes sociales, junto con la  anécdota contada por un antropólogo. Quién propuso a un grupo de niños de una tribu,  un juego, una carrera en la que el que llegue primero a la meta,   sería el ganador de un canasto con frutas.
A la voz de largada, todos los niños se tomaron de la mano y corrieron juntos hacia la meta.
El antropólogo perplejo ante tal acontecimiento, les preguntó, el porqué habían hecho así y ellos respondieron: "¿cómo uno de nosotros podría estar feliz si los demás están tristes?

Este pequeño y significativo hecho, ha permitido dar difusión a un ser cultural del sur africano, ser que la cultura individualista occidental, a veces trata de asimilar como un modelo alternativo para el desarrollo humano. Intentos hay varios, poniendo en evidencia las ganas y el deseo que podamos también nosotros tener actitudes como la de estos niños.

Actitudes como el respecto, la amabilidad, la generosidad, la confianza, el compartir, construir comunidad, son todas actitudes que reflejan el espíritu UBUNTU. No existe una palabra en la cultura occidental que pueda servir de sinónimo, y eso significa mucho. Comúnmente viene traducida "yo soy porque nosotros somos". En el ejemplo de estos chicos, esta tan claro que su realización está unida a la realización de los demás, que nos gusta más hablar de ser con otros. De todos modos, no nos proponemos abrir aquí un debate filosófico, sobre el significado del término.

Ustedes podrán preguntarse ¿que tiene que ver este espíritu con la tarea que realizamos? Las actitudes que caracterizan el espíritu Ubuntu son muy positivas, y por el tipo de trabajo que hacemos son muy importantes. Pensar en el desarrollo desde esta dimensión, abre un montón de posibilidades. Nos animamos a decir que  interpela nuestra forma de trabajar. Poder organizar nuestra tarea, planificar nuestras acciones, pensar nuestro compromiso partiendo juntos desde el inicio es importante para poder llegar juntos.

Un ejemplo: si estamos trabajando en un barrio, apuntando a construir una vida digna para la gente de la zona, ¿cómo planificamos nuestro trabajo? ¿nos reunimos con los técnicos que trabajan y pensamos de que manera abordar las distintas situaciones que atentan contra la vida digna? o ¿involucramos también a las personas del barrio para considerar su opinión y visión de la realidad?. 
O cuando se presenta una oportunidad de cooperación nacional o internacional para abordar la dignidad desde una perspectiva de género, ¿pensamos en convocar a las personas del barrio cercanas a nuestra organización para consultarlos?.

Muchas veces abordamos nuestra tarea, nuestro compromiso social como un servicio que hacemos a los demás, no está mal. Pero otra cosa, es valorar mi desarrollo, mi dignidad en función del desarrollo y la dignidad del otro. Esto vale para el ámbito de la acción social, como la política, cultural, para el cotidiano vivir.  Acompañar el tiempo del otro para poder correr o caminar juntos, seguramente las velocidades a las cuales podían correr los niños serían diferentes, y sin embargo, alguno se apuró un poco más, otro tuvo que andar más lento para poder llegar juntos.

Si pensamos a las posibilidades de cooperación internacional y a las tareas que se realizan en el campo de acción también suceden cosas parecidas. Muchas veces nuestros conocimientos técnicos de como deberían ser las cosas, o cual es la mejor manera de planificar, se encuentra con personas, situaciones, terrenos bastante diferentes, haciendo que algunos procesos de colaboración sean más lentos. Pero no por esto habría que desanimarse, al contrario, nos permite ir sumando a quienes la vorágine del desarrollo de técnicas dejó en el camino por estar concentrados en el día a día, y llegar juntos seguramente nos permita también avanzar.

Viene a la mente hacer una metáfora al respecto, pensando al desarrollo en general, si el espíritu UBUNTU fuera más aplicado en el mundo, tal vez hoy varios países desarrollados que van más adelante, no tendrían que estar mirando para atrás, pensando de destinar fondos a países menos desarrollados. No queremos caer en fáciles comparaciones, y muchos menos ponernos en un plan moralizante con estas reflexiones. Somos conscientes de la complejidad de factores que intervienen en escenario mundial.

Pero sí, no queremos dejar pasar esta oportunidad, para dejarnos interpelar por este espíritu y por esta filosofía, que sin dudas nos impone un ritmo diferente, que implica un cambio de mentalidad profundo, para poder llegar juntos. A quién no le gustaría responder como estos chicos: ¿cómo voy a estar feliz, si sé que los demás están tristes?


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